


En Peligro de Extinción
Para considerar a una especie dentro de las
diferentes categorías de riesgo, podemos encontramos que actualmente más de la
mitad de las especies de mamíferos silvestres que viven en México son
reconocidos en algún nivel de peligro de extinción.
La mayoría de las especies de
mamíferos mexicanos la componen los pequeños, como roedores y murciélagos.
Éstos, al igual que otros animales de pequeña talla, se encuentran en peligro
de extinción por la destrucción masiva que se está haciendo de los hábitats
naturales.
Desde edentados (Orden Xenarthra) como los
armadillos, hasta cetáceos (ballenas), México es rico en mastofauna. Si bien
por número de especies destacan los roedores (ratones) y quirópteros
(murciélagos), en nuestro territorio habita una gran diversidad de animales que
toman leche al nacer. En la biodiversidad de grupos de mamíferos encontramos,
además de los ya mencionados, a los marsupiales (tlacuaches), pinnípedos (focas
y leones marinos), lagomorfos (conejos y liebres), ungulados (venados),
perisodáctilos (pecarís), insectívoros (musarañas) y los muy especiales
sirénidos (manatíes). Lamentablemente en todos estos grupos encontramos
especies en peligro de extinción o gravemente amenazadas.
los mamíferos marinos y los
grandes carnívoros, los cuales son dos grupos particularmente vulnerables por
distintas razones. Palabras clave: mamíferos en peligro, cetáceos, pinípedos,
grandes carnívoros, causas de riesgo
Causas generales
A pesar de que resulta muy difícil englobar
las causas de desaparición de las especies, podemos decir que en la mayoría de
ellas se debe a la destrucción del hábitat en nuestro país. México tiene
influencia tanto del norte como del sur. Esto hace que se encuentre entre los
cinco países megadiversos del planeta; sin embargo, debido a muchos factores
estamos deteriorando seriamente las selvas del sur, al igual que los bosques y
pastizales del norte, incluyendo por supuesto playas, manglares, etcétera,
reduciendo así la capacidad de los animales por encontrar sitios adecuados para
su sobrevivencia y reproducción.
La cacería ilegal sigue siendo un grave problema: la falta de regulaciones efectivas e
incentivos, propician que muchos pobladores salgan a cazar sin una regulación
de temporada, época reproductiva, etcétera. Muchos aún justifican en la caza de
subsistencia las cacerías sin control ni beneficio para las poblaciones. Por
otra parte, aún persisten también algunas cacerías con fines religiosos. Así, la
mayoría de las especies en peligro de extinción o amenazadas tienen esta
condición porque sus hábitats específicos están desapareciendo. Para muchas de
ellas esto se debe a que tienen en sí poblaciones pequeñas, adaptadas a
condiciones muy particulares en la gran cantidad de microambientes que se
forman en el territorio nacional, gracias a que éste se encuentra en una zona
de transición sur-norte.
Grupos particulares
La gran mayoría de los pequeños
mamíferos (roedores, quirópteros, pequeños carnívoros, etcétera) ven en la
destrucción de su hábitat la principal causa de su desaparición; sin embargo,
es importante destacar dos grupos, que no son los más numerosos pero sí
importantes por las interacciones que tienen con el ser humano y la poca
atención que se les ha prestado en sus problemáticas de conservación: los
mamíferos marinos y los grandes carnívoros.
Mamíferos marinos
En nuestro país están presentes
prácticamente todas las familias de cetáceos, excepto los delfines de río como
el del Amazonas, la súper familia Platanistoidea; la beluga y el narval,
Monodontidae, y la ballena franca enana, la única de la familia Neobalaenidae.
En cuanto a los pinnípedos, de las tres familias sólo falta la de las morsas,
Odobenidae. Sin embargo, es interesante notar que la costa occidental de Baja
California fue escenario para la evolución de las morsas, pues allí se han
encontrado fósiles de estos organismos. En la familia Balanopteride (verdaderas
ballenas) Prácticamente todas estas familias están bajo
protección especial, porque la gran mayoría de las especies de cetáceos usan
las aguas mexicanas como lugar de procreación.
Los
delfines y las marsopas, como la vaquita marina, frecuentemente
atrapados en redes de pescadores en las que perecen por asfixia. Los pinípedos
(focas y lobos marinos), que habitan sobre todo en las costas de la península
de Baja california, ven afectadas sus poblaciones por diferentes causas, como
son la destrucción de sus hábitats, pues muchas de las playas se están
transformado rápidamente en destinos turísticos, o bien se ven influenciados
por éstos, por lo que los animales ya no encuentran en esas playas sitios a
salvo para la procreación. La contaminación de los mares y las malas prácticas
de pesca también son factores para la desaparición de estas especies. Dos
miembros de la familia Otaridae, el lobo marino de california y la foca de
Guadalupe, aparecen en la Norma, el primero bajo protección especial y el
segundo, en peligro. La familia Phocidae, del elefante marino (Mirounga
angustirostris), aparece como amenazada; la foca común (Phoca vitulina), está
bajo protección especial, y la foca monje del Caribe (Monachus tropicales),
aparece como extirpada del medio silvestre.
Los grandes carnívoros
México presenta una gama de
carnívoros dentro de su mastofauna nativa. Tenemos varios representantes de los
carnívoros, los cuales podemos dividir, arbitrariamente, en dos grupos: LOS PEQUEÑOS CARNÍVOROS, dentro
de los que encontramos a los zorrillos, las comadrejas, los cacomixtles,
etcétera. Éstos se encuentran en peligro de extinción, principalmente por la
destrucción de su hábitat, o bien por la caza directa; sin embargo, en la
mayoría de los casos estos animales tienen tasas de reproducción relativamente
altas, que les permiten sobrevivir aún en zonas con alta presión humana, en
pequeñas áreas naturales. Estos micro-carnívoros consumen en su mayoría
insectos, aves, reptiles o algunos mamíferos de menor tamaño. Cuando llegan a
tener interacción con el hombre, normalmente es porque consumen huevos,
gallinas o pollos, ocasionando pérdidas económicas a los campesinos de escasos
recursos económicos, aunque el daño no es importante en términos económicos. El
otro grupo de carnívoros importante en México es el de los denominados megacarnívoros
o carnívoros de gran tamaño. Estos mega-carnívoros suelen tener mayor cantidad
de encuentros con el hombre y su condición de consumidores de carne hace que
frecuentemente esas interacciones entren en el plano de los conflictos, ya que
actúan en mayor grado con el ganado doméstico y muy escasamente causan la
muerte directa de los seres humanos. Estos conflictos se ven incrementados en
número e intensidad por la destrucción de los hábitats nativos y por la
destrucción consecuente de las presas tradicionales de los mega depredadores,
por lo que la caza ilegal (en ocasiones promovida por los gobiernos) ha sido un
factor importante para que en la actualidad los grandes carnívoros mexicanos
estén en gravísimo peligro de extinción, a pesar de que muchos de ellos
deberían ser motivo de orgullo naciona
Felinos
De los seis felinos silvestres
(Cervantes et al. 2003) que habitan el territorio nacional, el más conocido es
el
Jaguar (Panthera
onca). Esta especie de origen tropical ha sido reconocida como el más poderoso
de los depredadores, de ahí que los antiguos pueblos mesoamericanos dieran gran
importancia a su presencia (Armella et al, en prensa). Este bello animal se
distribuía en todas las zonas tropicales de México. Aunque actualmente se ha
encontrado en todo el sureste, principalmente en Chiapas, Quintana Roo y
Tabasco, se le ha localizado en estados del norte como Sinaloa, mientras que en
el Golfo se han reportado jaguares casi hasta la frontera con Estados Unidos y
es posible que entren en ese país.
Como en el caso de muchos otros felinos, no se
conoce realmente la situación real del estado de conservación de esta especie,
entre otras causas porque, como todos los felinos americanos, es solitario y
tiene hábitos nocturnos, además de ser sigiloso por naturaleza. Gracias a esto
prácticamente se conocen los ejemplares que interactúan con el hombre,
desgraciadamente casi siempre de manera negativa. Si bien el jaguar fue cazado
extensivamente por su piel, las fuertes regulaciones tanto nacionales como internacionales,
acerca del comercio de pieles, han tenido un impacto positivo en la disminución
de la caza furtiva. Sin embargo, la cacería ilegal aún se presenta pretextando
la depredación que causan o pueden causar sobre el ganado.
El Puma (Felis
concolor) es un felino que habita en los bosques del norte del país, de donde
es originario, y ha migrado hasta el sur del continente. Siendo la única
especie, la falta de hábitat ha hecho que las pequeñas poblaciones que aún
existen emigren hacia hábitats más tropicales. Su situación es quizá más
desconocida que la del Jaguar. (Es la única especie de los felinos que no
aparece en la norma oficial bajo ninguna condición de riesgo). Para la Unión
Internacional de Conservación de la Naturaleza, esta especie es considerada
como de “ultima preocupación” lo que quiere decir que no se encuentra en
grave situación de conservación, debido principalmente a su amplio rango de
distribución,
Aunque es importante hacer un
seguimiento de sus poblaciones. De los pequeños félidos el jaguarundi (Herpailurus jaguarundi) es la especie que se encuentra en mayor peligro de extinción.
Es reconocida como amenazada, a pesar de que como especie tiene una
distribución que abarca el sur de estados Unidos (Texas, Arizona y Florida) y
llega hasta el sur del continente. Por ser de tamaño pequeño su alimentación se
restrinje a vertebrados chicos, y debido a sus hábitos de vida al interior de
las selvas húmedas, es poca su interacción con el ser humano.
Los dos pequeños gatos manchados:
el magray
(Leopardos weddii) y el ocelote (Leopardus pardalis), están en la
característica de en peligro. Estos animales, que no rebasan los 10 kg de peso,
viven en las zonas selváticas, desde el sur del país hasta sudamerica. Son
perseguidos por sus pieles, aunque, como en el caso del jaguar, este comercio
ha disminuido. Al igual que los otros gatos, sus hábitos nocturnos y su hábitat
al interior de las selvas hacen muy complicado dar un reporte confiable de la
condición de sus poblaciones (Ceballos y Oliva, 2005)
El lince o gato montés (Lynx rufus) no aparece en la lista de la Norma ofical Mexicana. Su
presencia en México suele ser confundida con los gatos ferales, gatos
domésticos que por su tamaño y coloración abandonan el entorno humano para
convertirse en silvestres.
Osos
Otro grupo importante de grandes
carnívoros es el de los osos. En México alguna vez habitaron las dos especies
de grandes Ursidos Americanos: el Grisli (Ursus arctos) y el Oso Negro (Ursus
americanus). En México no se conoce la presencia de esta
especie desde los años sesenta del siglo XX (animalesextinción. es).
La subespecie que habitaba en
nuestro país era el Ursos
arctos nelsoni, cuyas descripciones indican que era enorme, pues alcanzaba
hasta 1.90 m de alto, parado en dos patas, y más de 300 kg de peso. La
principal razón de su desaparición fue la cacería indiscriminada, aunada a su
bajo potencial reproductivo.
Por ser un carnívoro cazador se
le atribuyó la destrucción de ganado en el norte de Mexico.
La especie que se mantiene en México es el Oso Negro. También es carnívoro
y se sabe que puede cazar y depredar ganado. La mayoría de sus hábitos
alimenticios incluyen bayas, frutos y varios vegetales, por lo que es percibido
como una amenaza menor para la población humana. (En la norma oficial mexicana
esta especie figura como “en peligro de
extinción).
Cánidos
La familia de los cánidos es la tercera de los
grandes depredadores. Reconocen cuatro
especies de esta familia:
el coyote (Canis latrans) y la zorra gris (Urocyon cineroargentatus) no están considerados en peligro por la
NOM-059-2001. Son especies muy adaptables y esquivas, con altos potenciales
reproductivos y omnívoros, por lo que pueden comer prácticamente lo que sea.
Dos especies más de la familia
cánide sí aparecen en la Norma:
la
zorra del desierto (Vulpes velox), de la cual se reportan 6 subespecies, todas bajo el
criterio de amenazadas. Su distribución reducida, tamaño pequeño y hábitat
específico, hacen que esta especie esté en peligro de extinción.
El lobo mexicano:
es el último de los grandes carnívoros que está considerado por la NOM- 059
como extirpado del medio natural. Los últimos ejemplares de que se tenga
evidencia científica, fueron capturados a finales de la década de los setenta
en Durango y Chihuaha. Desde entonces los escasos reportes de aullidos o
avistamientos no han podido ser comprobados. Esta especie, quizá la más
carismática de todos los mamíferos, tiene una subespecie prácticamente
exclusiva de México: el lobo mexicano (Canis lupus baileyi), que se encuentra
en estado de conservación.
Actualmente la SEMARNAT (2009) la tiene como
una de las especies prioritarias para la conservación. Tiene un plan piloto
para reintroducir un número limitado de ejemplares en el noroeste del país, en
las zonas altas de la Sierra Madre Occidental, que permita recrear uno de los
ecosistemas de esta zona del país. Como ninguna otra de las especies
mencionadas, el lobo mexicano tiene una historia de recuperación que demuestra
que el trabajo decidido y en conjunto da resultados importantes. A partir de
sólo cinco lobos capturados, más unos cuantos más que se encontraban en un
rancho texano y algunos albergados en el zoológico de San Juan de Aragón, se
cuenta ahora con más de 300 en zoológicos de México y Estados Unidos. El
proyecto tenia el objetivo de reestablecer al menos una población de esta
especie en su área original de distribución (Alvarez, et al., 2003).
El lobo, como
ninguna otra especie de mamífero, fue perseguido, cazado, envenenado y
exterminado en México, principalmente por la depredación que causó esta muy
adaptable especie sobre el ganado ovino, vacuno y caballar, además de ser la
causante, como se le atribuyó, de la diseminación de la rabia entre los perros
domésticos
Conclusiones
En general, debido a lo
complicada que es la conservación de los mamíferos en México, el
incremento en la población humana, y la destrucción intensiva de las zonas
naturales, en gran media por problemas de corrupción y la falta de compromiso
con la naturaleza, se reducen cada vez más los hábitats en que viven los
mamíferos silvestres grandes y pequeños.
Desafortunadamente, al comenzar
el siglo XXI la mayoría de las especies mexicanas de mamíferos pueden
considerarse en peligro de extinción, amenazadas o al menos con problemas de
conservación. Esto se debe a la gran devastación que hemos hecho de bosques, selvas,
desiertos, arroyos, playas, mares, etcétera, en los que, aún sin intención,
hemos destruido los hábitats de un gran número de especies.
Si bien es innegable que poco a
poco ha habido un cambio, en parte por contar con leyes e instrumentos jurídicos
cada vez más estrictos, permiten albergar la esperanza de que muchas de las
especies encontrarán refugio para estar a salvo y sobrevir.
Los esfuerzos por su recuperación se vuelven todavía más
importantes ante el cambio de actitud para reconocer que su desaparición, como
la de cualquier otra especie, es una pérdida irremediable, mientras que los
programas para recuperar ésta se hacen necesarios. El ejemplo del lobo mexicano
puede ser seguido para otras especies como el oso y el jaguar, que si bien sus
poblaciones no se han reducido tanto como las del lobo, sí han visto mermadas
las áreas en las que antes era común observarlos.
REFLEXION
¿PORQUE HAS ELEGIDO
ESTE TEMA?
Elegí este tema primeramente porque me interesa y preocupa la extinción de los animales tanto como
silvestres y mamíferos en mi país,
conocer cuales son los principales animales en extinción, conocer su
conservación, condición, hábitat natural y en que lugares del país se encuentran y ver las actividades o estrategias que se están
llevando a cabo por parte de las autoridades para la conservación de las diferentes especies.
¿Describe de donde partiste para
empezar a escribir?
Partiendo del tema o idea principal
que se quiere hablar o dar a entender, dando a conocer las principales
especies en peligro de extincion,